08 Nov Si no hay noticias invéntenlas (o “caza de brujas” en Edición)
Estimados colegas de Edición:
Les escribimos para informarles sobre la operación mediática lanzada por la agrupación estudiantil FEI (Franja Morada en Edición) y el Partido Obrero (PO) en forma conjunta, dos días antes de que terminen las elecciones estudiantiles, y que ha implicado la persecución a trabajadores docentes y editores.
En esta campaña sucia difamaron con acusaciones falsas y tendenciosamente mentirosas, que van desde el desvío de fondos hasta ser ñoquis o militantes rentados, a nuestra compañera graduada María Clara Diez (integrante de Masparamás) y a los compañeros estudiantes Gonzalo Mingorance y Paula D´Amico (de Vuelta de Página), quienes prestan o han prestado servicios en el ámbito de la Subsecretaría de Publicaciones de nuestra Facultad.
Sucedió el jueves de la semana pasada, dos días antes de que terminen las elecciones estudiantiles, frente a la desesperación del FEI que no lograba dejar fuera de la representación por minoría a la agrupación Vuelta de Página, y en forma completamente articulada con el PO. A punto tal estaban trabajando en conjunto el FEI y el PO que esta última agrupación militaba la fila de votación de la carrera de Edición esos últimos días con volantes idénticos y copiados de los de nuestra Franja Morada local, donde se destapaba “la olla de corrupción de la decana Graciela Morgade” (sic).
Así se inauguró la caza de brujas contra quienes trabajan o trabajaron en la Subsecretaría de Publicaciones de la Facultad y adscriben a algún tipo de militancia política distinta a la del FEI en Edición. Una persecución mediática que hubiese enorgullecido al senador republicano John MacCarthy y su Comité contra Actividades Antinorteamericanas (comunistas) de los años 50.
Pocas veces ha habido ejemplos tan claros y de manual sobre este tipo de burdas maniobras con fines electorales. En el fondo no fue más que una campaña sucia y mentirosa más, igual a las que nos tienen acostumbrados los grupos mediáticos hegemónicos, pero a escala, y en Edición.
Es conocida la frase de Chiche Gelblung en la redacción de la Revista Gente a sus periodistas: “si no hay noticias, invéntenlas”. Eso es exactamente lo que sucedió.
Mentira 1: No es ningún secreto
El FEI y el PO plantearon con total deshonestidad intelectual, en el momento en que les resultaba más conveniente electoralmente, algo que sería según los denunciantes un “secreto”, un “descubrimiento”, la primicia de una noticia de último momento. Completamente falso.
Todo el mundo que trabaja en la Facultad, no sólo en Edición sino en todos los departamentos de las carreras docentes, en los institutos de investigación y en las diversas áreas que componen la Facultad, saben perfectamente que tanto María Clara como Gonzalo trabajan o trabajaron en Publicaciones.
Hemos ya anunciado de hecho en nuestras plataformas de graduados la participación de nuestros colegas en la Subsecretaría de Publicaciones. Algo natural y lógico que debiera haber sucedido hace mucho tiempo ya, y es obvio, que debe haber Editores/as de nuestra carrera desempeñándose en el área de Publicaciones de la propia Facultad, así como debiera haber por ejemplo más licenciados de Bibliotecología y Ciencias de la Información en la Biblioteca Central.
Los tres “secretos” contratados han trabajado desde siempre con los estudiantes de la Pasantía en Instituciones Públicas coordinando su trabajo desde la Subsecretaría, y formando futuros editores, siempre desde su rol claro y explícito de personal contratado de Publicaciones. Innumerables estudiantes que han pasado por la Pasantía los conocen y pueden dar fe de su trabajo.
En forma selectiva, el PO y el FEI publican contratos exclusivamente de trabajadores de la Subsecretaría de Publicaciones que tienen algún tipo de participación en la vida política de la carrera de Edición. En este gran descubrimiento se olvidan de mencionar toda la gente que trabaja o ha trabajado en la Subsecretaría (diseñadores gráficos, diseñadores web, licenciados en Letras, otros Editores y correctores, etc.) con o sin actividad política, para llevar adelante los proyectos de la Subsecretaría de Publicaciones de la Facultad. Se centran exclusiva y tendenciosamente en aquellos trabajadores que por motivos absolutamente políticos quieren difamar.
No hay nada que no se haya sabido siempre; pero la mentira mediática se articula simulando que es un gran descubrimiento, que gracias a la pericia de unos supuestos abnegados defensores de la justicia sale a la luz; que esto estaba oculto, que hay algún tipo de falta de transparencia. Nada más lejano a la verdad. La falta de transparencia, el supuesto “destape de olla” no es más que una burda simulación del FEI y sus aliados del PO en tiempos electorales.
Mentira 2: Desvío de fondos
La segunda gran mentira, es acusarlos de desviar fondos para agrupaciones estudiantiles.
Parte de la manipulación informativa consistió en dar cuenta de los montos anuales de sus contratos, diciendo ni más ni menos que con esos fondos se financiaban agrupaciones, y que quienes cobraban estos fondos eran militantes rentados.
Cuando se hace la subdivisión por 12 meses de esos montos anuales, se descubre que nuestros colegas vienen cobrando salarios mínimos por la enorme cantidad de horas que trabajan al servicio de la Subsecretaría, y por el gran esfuerzo que hacen (que va mucho más allá de lo que cobran) por llevar adelante los proyectos de desarrollo y transformación del área de Publicaciones de la Facultad.
Mentira 3: ñoquis y militantes rentados
Ninguna de las tres personas mencionadas es ni remotamente un ñoqui y mucho menos un militante rentado. Son trabajadores, que ejercen en el área de Publicaciones dedicando con total honestidad muchas más horas de las que cobran, y que han incluido y siguen incluyendo trabajo a destajo y durante muchos fines de semana para lograr cumplir con los objetivos del área.
De esto pueden dar fe todos los Directores de instituto, de departamento, jefes de otras áreas de la Facultad, profesores y graduados que han publicado en la Subsecretaría de Publicaciones, y estudiantes de la Pasantía en Instituciones Públicas que han trabajado con nuestros colegas.
Su trabajo es materialmente demostrable en las docenas de libros en los que han trabajado, en los 28 nuevos números de revistas científicas publicados este año, en el desarrollo del portal digital de Publicaciones, etc. Todos conocen muy bien el nivel, calidad y volumen de trabajo que tanto María Clara como Gonzalo y Paula llevan o han llevado adelante en la Subsecretaría.
Es sumamente injuriante para ellos y para todos los que sabemos esto, que se intente ganar algunos votos más diciendo que se trata de militantes rentados o ñoquis. Ninguno de ellos es un militante rentado: se trata en todos los casos de trabajadores, excelentes en su desempeño profesional y profundamente comprometidos con los proyectos que llevan adelante, que además de trabajar sostienen sus convicciones en los espacios políticos de la Carrera y de la Facultad. Y lo hacen a mucha honra.
Nada ilegal, inmoral, ni siquiera cuestionable
No es ilegal, inmoral y ni siquiera cuestionable que nuestros colegas tengan convicciones y militancia política; por el contrario, es por su incuestionable idoneidad profesional y ese mismo compromiso que llevan adelante los proyectos que nos propusimos impulsar desde la Subsecretaría.
Por otro lado, es de público conocimiento que el funcionamiento de la Subsecretaría de Publicaciones, así como de todas las áreas de la Facultad, está sometido al control permanente de la Auditoría General de la UBA, que no es precisamente de nuestro signo político.
Todo lo que se “denuncia” como “la olla de corrupción” es completamente legal y reglamentario. Esto sólo lo mencionan en forma tendenciosa y con la desinformación necesaria para intentar hacerlo sospechoso. Por ejemplo, se nombra sólo a contratados de un espacio político de Edición, pero no se nombra a muchos otros contratados de todo tipo de profesiones y carreras que trabajan en nuestra área o en la Facultad, y que en algunos casos también adscriben a espacios políticos y están desarrollando excelentes labores profesionales con completa idoneidad, o que simplemente se suman desde su conocimiento técnico profesional a los proyectos que estamos desarrollando.
Sobre lo que finge demencia el FEI cuando hace su campaña sucia, es que cuando se eligen personas para llevar adelante proyectos en cualquier área del sector público (se trate de nuestra Facultad en cualquiera de sus áreas, cualquier otra Facultad o sector público del Estado municipal, provincial o nacional), se buscan personas primero que nada que sean idóneas para la tarea que tienen que llevar adelante, que además tengan un fuerte compromiso con los proyectos que se quieren llevar adelante.
En muchos casos no es suficiente contratar a alguien que “fiche” y trabaje a reglamento exclusivamente en un trabajo acotado, sino que por el contrario la naturaleza propia del trabajo exige confianza, convicciones y un auténtico compromiso de llevar las transformaciones y proyectos adelante mucho más allá de un horario fijo de trabajo.
Eso es lo que se ha hecho en el área de Publicaciones, y lo hemos comentado en nuestras propias plataformas, y es lo que se hace en cualquier área cuando un espacio político gana las elecciones con el mandato de llevar adelante los proyectos que se comprometió a llevar adelante.
María Clara trabajó desde un principio como eje central en las transformaciones que nos comprometimos llevar adelante en el área: pasar todas las revistas científicas a formato unificado digital, unificar series monográficas, desarrollar el portal de publicaciones, etc. Y tanto Gonzalo como Paula empezaron a trabajar por la identificación de su idoneidad profesional en los espacios de docencia dentro de la Facultad, y luego tomaron como propios los proyectos que llevamos adelante y se sumaron por decisión propia a los espacios políticos afines a esos proyectos, y no a la inversa. Claro que a los difamadores profesionales del FEI y del PO, en su estrategia persecutoria y construcción de mentiras, estos detalles también les resultan irrelevantes.
El ingreso al sector público de planta es otra cosa. En ese caso debieran ser por examen de ingreso y luego concurso, pero es la misma fuerza política que integra el FEI a nivel Universidad, la Franja Morada, la que impide que así sea en nuestro ámbito universitario. Las condiciones de ingreso del personal nodocente lo establecen justamente los jefes políticos del FEI (empezando por la Secretaria Académica de la UBA María Catalina Nosiglia, también jefa del espacio político de la Franja Morada en nuestra Facultad) desde el Rectorado y el Consejo Superior de la UBA.
No es el mismo caso que los contratados que cumplen justamente las funciones que mencionamos y que, como en el caso de Publicaciones, son adicionales a las que puede proveer el personal de planta. De hecho se está continuamente en proceso de transferencia de los desarrollos y aptitudes de los contratados a la planta, con el objetivo de integrar progresivamente sus funciones al área.
La autoridad de cada área elige a sus trabajadores, sea Secretario o Subsecretario, que surge a su vez del resultado de las elecciones del Consejo Directivo de la Facultad. Es el encargado de implementar las políticas que se establezcan para un área, en este caso el Subsecretario de Publicaciones Matías Cordo, en función de los proyectos que busca llevar adelante.
Los proyectos a llevar adelante no son otros que aquellos que se propusieron desde el colectivo del que formamos parte (Diferencia en Consejo Directivo, Masparamás en Edición) en las sucesivas y últimas elecciones, y de lo que dan cuenta todas nuestras plataformas e informes de gestión.
Lo que proponen los militantes del FEI y los funcionarios de la actual gestión del Departamento de Edición, es que el personal idóneo para llevar adelante estos proyectos se elija por lotería, o que lo elijan ellos mismos desde sus mayorías de la Junta Departamental.
Con esa ignorancia fingida simulan no entender que el objetivo institucional de toda Junta Departamental es llevar adelante el dictado de la carrera de grado, que en el caso de Edición ya bastantes falencias tiene por su pésima gestión. El área de Publicaciones trabaja para todas las carreras de la Facultad (no sólo para Edición), tiene un objetivo completamente distinto al de cualquier Departamento, y depende no del gobierno de una Junta sino del gobierno de toda la Facultad (el Consejo Directivo).
Si el FEI quiere elegir los proyectos a llevar adelante en el área de Publicaciones y las personas idóneas para llevarlos adelante, sólo tiene que hacer una cosa: ganar las elecciones de Consejo Directivo que viene perdiendo desde hace una década.
Podrán señalarnos no haber logrado cumplir algunos objetivos importantes y aún pendientes; nosotros lo hacemos todos los días, pero jamás podrán acusarnos de corrupción. A menos que la inventen, que es lo que están intentando.
Por todo lo mencionado, la operetta pornográfica de publicar los salarios y los datos personales de los colegas diciendo que su designación es un acto de corrupción, y poniendo en duda su idoneidad para llevar adelante sus funciones, es un acto tan miserable y deleznable. Una canallada.
La indignante hipocresía
Resulta además indignante la hipocresía de quienes encabezan estas falsas denuncias. Sería interesante saber acaso si alguno de todos los trabajadores del FEI-Aldinos o del PO trabajan tantas horas para la Facultad y para la UBA, como los colegas que acaban de denunciar.
Por ejemplo, la militante histórica del FEI María Eugenia Orzando, quien trabaja en el CITEP, espacio del Rectorado bajo la órbita de la Secretaria Académica de la UBA María Catalina Nosigilia (jefa de la Franja Morada de FFyL), y donde trabajaba bajo la dirección de la ex consejera de la Franja también de FFyL Carina Lion. O la otra militante histórica del FEI y de la UCR Griselda Raffo, quien cobra un salario como asesora del Senador radical Alfredo Martínez. O el propio Néstor Labbé que tanto tiempo dedica a enviar mensajes partidarios de las agrupaciones de las que forma parte en estudiantes y graduados por las listas institucionales del Departamento de Edición. O la propia militante histórica de la Franja de FFyL, la prof. Patricia Piccolini, quien tanto ha viajado y tan poco hemos visto en el Departamento en estos años. O el sinnúmero de militantes asalariados del PO y Franja Morada en las fotocopiadoras y otras áreas de trabajo de nuestro Centro de Estudiantes y los de otras facultades. Ojalá que así sea.
La Franja Morada (a la cual adscriben aunque lo oculten quienes dirigen al FEI) y el Partido Obrero son las fuerzas con más militantes rentados por metro cuadrado de toda la UBA. Ni hablar de su historial de desvío de fondos, que en el caso de la Franja Morada beneficiaron directamente al jefe político del FEI Pablo Canalicchio.
Canalicchio se benefició personalmente de los fondos que se desviaban del programa destinado a padres de familia desocupados para financiar a 1200 militantes de la Franja Morada de la UBA, entre ellos esta persona que cobraba a través de un proyecto administrado por el entonces jefe político de la Franja Morada de la Facultad a través de la empresa fantasma NOEXISTE.COM.
Es el escándalo de corrupción que fue denunciado por la Defensora del Pueblo de la CABA, por el cual Canalicchio renunció a sus cargos de Representante estudiantil en la Junta de Edición y en el Consejo Directivo de la Facultad, y se retiró del primer plano de la escena política de la FFyL.
No somos todo lo mismo
El ladrón ve a todos de su condición, y quiere que todos seamos vistos como de su condición. Así, “revolcados en el mismo lodo y todos manoseados”, como dice el tango, parecemos todos lo mismo, y los verdaderos amorales pueden disimularse en el entorno.
Pero no somos todos lo mismo. A diferencia del jefe político del FEI quien dirigió desde su agrupación esta persecución contra trabajadores, ninguno de los tres “denunciados” por ellos cobraron salarios por militar sustraídos a padres de familia desocupados a través de empresas fantasmas.
Cambiemos en la UBA
Ahora bien, ¿quiénes son los miembros de esta banda disfrazada de “club de amigos”? Ni más ni menos que los representantes de Cambiemos en la UBA. Sus aliados son una autodenominada izquierda que les es funcional (el Partido Obrero), y que no tienen ningún escrúpulo en trabajar junto con ellos si sirve a sus intereses inmediatos.
El FEI, Aldinos (en graduados) y sus jefes políticos reales son el acuerdo entre el neoliberalismo radical encabezado por el jefe político de la Franja Morada que gobierna 10 de las 13 Facultades de la UBA, Coti Nosiglia (el hermano de Cati, ni más ni menos) y Macri y el PRO.
La profesora Patricia Piccolini, el propio Canalicchio y su asistente Labbé, están todos íntimamente vinculados a este espacio político, a Cambiemos y su Revolución de la Alegría en la UBA. Esto no es una cuestión de opinión: concretamente forman parte de la representación de ese espacio conducido por María Catalina Nosiglia en nuestra Facultad, por más que sumen diversos supuestos K’s (otrora menemistas, otrora duhaldistas) como Valeria Sorín y Mauro Dobruskin para disimular.
Nos parece perfecto que Cambiemos tenga su representación en la UBA como la tiene en todo el país. Lo que habla de la falta de ética del FEI y de toda la gestión actual del Departamento de Edición, es que siguen construyendo políticamente desde la mentira y la desinformación. Esta campaña sucia de mentiras y difamaciones es sólo la última muestra de una línea de conducta.
Sentido de decencia
A eso se han dedicado estas últimas semanas, sin escrúpulos, sin vergüenza. A intentar inventar fantasmas: como no tienen nada para decir, no les queda otra que tratar burdamente de inventarlo.
Lo único bueno de toda esta desesperación por ganar la mayoría absoluta del FEI (con colaboración del PO) es que, como pudimos comprobar en las urnas, los votos de la agrupación Vuelta de Página no disminuyeron, sino que por el contrario aumentaron después de la campaña sucia del FEI lanzada el jueves. Gran parte de los estudiantes (30%) no come vidrio ni se cree cualquier cosa.
Esta campaña sucia del FEI dirigidos por Canalicchio y Labbé, con la complicidad de la prof. Piccolini y la alianza con el PO, no sólo no logró su objetivo de desplazar a Vuelta de Página de la minoría estudiantil, sino que le mostró a mucha gente que no lo sabía, quiénes son ellos realmente.
En una famosa frase televisada (que seguramente se encuentra en YouTube) el abogado Joseph Welch le decía a John MacCarthy frente a las audiencias de persecución política de su Comité de caza de brujas anticomunista, algo que iba a quedar en la historia: “Senador, ¿no tiene usted el menor sentido de la decencia?”.
Y no, está claro que el FEI-Aldinos y sus aliados no lo tienen.
Saludos a todos
Agrupación Masparamás