03 Abr Realizaciones en soportes electrónicos
Cuando los «e-books» registrados representaban el 17,2% de todos los editados y transcurría el último trimestre del 2012, la Cámara Argentina del Libro (CAL) formó su Comisión del Libro Electrónico. En la entidad impulsan que los libros tengan doble registro, o sea en papel y electrónicos, y admiten que las ventas de estos últimos no superaron el 2%, algo que se atribuyó a los escasos dispositivos lectores, como el «Kindle», de Amazon.com.
En las estadísticas no se incluyeron los «e-books» que circulan por el plan estatal «Conectar igualdad».
Entre los de escritores argentinos más vendidos en el 2012 figuraron: «Ágilmente», de Estanislao Bachrach; «26 personas para salvar al mundo», de Jorge Lanata»; «Mujeres tenían que ser», de Felipe Pigna, y «Encuentros», de Gabriel Rolón.
La piratería digital sigue preocupando a los editores, sobre todo por la posibilidad de que los libros gratis desplacen a los pagos, como quedó demostrado con copias no autorizadas de best sellers.
Los modelos empresariales digitales, el debilitamiento de los minoristas con locales abiertos al público y las discusiones sobre lo que es el «uso justo» de los contenidos, entonces, perjudicaron a muchos editores, sobre todo por la proliferación de e-lectores y el hecho de que en todas partes hay accesos a internet.
La Asociación de Editores de Estados Unidos (AAP, por su sigla en ingles) estimó en el 2009 y el 2010 que había cerca de 300.000 archivos que infringían los derechos de autor en sitios web.
Ya entonces existían firmas que demandaban, mensualmente, que los retiraran de esos sitios mientras se demoraban, a veces, las aplicaciones de proyectos para combatir las violaciones de derechos y las falsificaciones on line. Un estudio de Envisional, efectuado a solicitud de NBC Universal, determinó en el 2011 que el 23,8% del tráfico global en internet involucraba materiales que infringían los derechos de autor.
Es más, mientras las ventas de los convencionales, en papel, cayeron en Estados Unidos en aquel año, las de los electrónicos se triplicaron. A fines del año pasado se estimó quizás en el 20% los ingresos por títulos con soporte electrónico vendidos en Estados Unidos.
Amazon y Apple, entre otros, crearon plataformas donde los escritores noveles podían colgar y vender sus trabajos, algo que perjudicó a los editores tradicionales en cuanto se refería a la selección, la producción y la distribución.
En ciertos casos, los interesados pueden registrarse gratuitamente y descargar, leer, escribir on line y comentar miles de títulos disponibles de todos los géneros. Pagan cada descarga con créditos, que equivalen a dinero y los autores pueden fijar los precios.
En la Argentina, la editorial Teseo.com fue la pionera del libro digital, seguida por Liibok.com. Las promociones de los textos en videos («booktrailers») recurren últimamente a procedimientos similares a los de los avances («colas») de las películas en los cines (y en los programas y los noticieros de televisión). Afirman que es casi como ver la versión filmada de un libro antes de leerlo.
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