Presentación del libro "Acá se juzga a genocidas" en FFyL

El pasado viernes 20 de abril fue presentado en el aula magna de la Facultad el libro “Acá se juzga a genocidas”, un trabajo colectivo que implicó la participación de la agrupación H.I.J.O.S., la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, el Departamento de Artes Visuales del IUNA. También formó parte del proyecto nuestra Facultad y, dentro de ella, la Subsecretaría de Publicaciones (a cargo de la edición del libro, que ya va por su segunda tirada), el taller Colectivo Pasajeros de Edición, y la Cátedra Libre de Derechos Humanos, en el marco de la cual fue presentado el libro, como parte de su clase inaugural. El encuentro contó con la presencia de Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, como presentadora invitada.
“Acá se juzga a genocidas” es, como se explicita en su prólogo, “un manifiesto de la memoria, es la construcción de una obra colectiva de dibujos, fotos y crónicas sobre los juicios a genocidas, con las diferentes experiencias y el compromiso de todos los autores”. Se trata de un registro sobre los juicios por crímenes de lesa humanidad que se están realizando en Argentina, surgido desde diferentes espacios, en un principio a partir de un impedimento (el de la imposibilidad de fotografiar o filmar el transcurso de los juicios y los rostros de los genocidas), devenido luego en una posibilidad: la de una conmovedora obra colectiva que no solo registra y da testimonio, también abre potentes puertas de sentido.

Participaron de la presentación, junto a Taty Almeida, el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Sergio Caletti, el decano del Departamento de Artes Visuales del IUNA, Julio Flores, Graciela Daleo, coordinadora de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de nuestra Facultad, Giselle Tepper, integrante de H.I.J.O.S., entre otros. En el marco de la clase inaugural de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, el encuentro comenzó con un homenaje a Virginia Palma, profesora de la cátedra recientemente fallecida.
“Este no es un libro más”, destacó el decano de la Facultad, Hugo Trinchero, al dar comienzo a la presentación. “Es un libro plagado de gestos, y el hecho de que estemos presentándolo en este aula es un gesto más”. En las paredes del aula 108 se leen los nombres y se ven los rostros de los cerca de 400 estudiantes, docentes y no docentes detenidos y desaparecidos de la Facultad de Filosofía y Letras, con la consigna: “Memoria, Verdad, Justicia”. “Estos compañeros nos miran desde estas paredes y nos interpelan, todos los días. Hoy podemos decirles que estamos avanzando en las causas, juzgando a los genocidas, pero también que sentimos la necesidad de profundizar el camino de memoria, verdad y justicia, y que seguiremos trabajando para ello”, expresó Trinchero.
A su turno Sergio Caletti, de la Facultad de Sociales, propuso una reflexión a partir de las múltiples presentaciones que está teniendo este libro (dado que cada uno de participantes va sumando su presentación). “Hay algo que nos llama la atención, porque no es frecuente esta suerte de continuidad en las evocaciones –analizó–. Creo que es la puesta en evidencia del modo en que la memoria persiste. Aquí no hay una repetición, sino una ratificación. Es la ratificación de una voluntad política  y una convicción moral por persistir en la batalla, hasta que la justicia haya llegado al último de los genocidas y sus cómplices, a la última víctima y a sus familiares. Es eso lo que les resulta insoportable a los genocidas: no simplemente que se hable del tema, sino el modo en que se renueva el sentido en este tipo de intervenciones”.
“Todos poseemos armas. Una de ellas es el dibujo”, advirtió luego el decano Artes Visuales del IUNA, Julio Flores, al narrar la forma en los alumnos tomaron a su cargo el registro en dibujo de las escenas vividas en los juicios. “Todos tenemos armas para decir: no olvidamos. Otros tuvieron las armas de la crónica, o de la fotografía. Y seguiremos sacando nuevas armas y nuevas ideas que nos permitan registrar, y convocar a la participación en los juicios”.
Giselle Tepper, de la agrupación H.I.J.O.S., explicó el sentido del libro, que surgió inicialmente “de la necesidad de superar un obstáculo, el de no poder filmar, fotografiar ni transmitir en vivo las imágenes de los juicios”. “En este libro pudimos mostrar las fotos de todos los genocidas, nombrándolos como lo que son, según se demostró en la justicia: asesinos, violadores, secuestradores –contó–. El libro es también un llamado a participar, de muchas maneras. Seguimos convocando a la participación en los juicios orales y públicos, algo que está ocurriendo hoy, en diez salas del país en este momento”. Con su eterna sonrisa, Tati Almeyda eligió agradecer y dedicar el trabajo: “Este es un libro chiquito, pero con un contenido enorme. Está dedicado a los 30.000, pero también, muy especialmente, a los sobrevivientes y a los testigos. Los juicios no hubieran sido posibles sin su valentía. Porque seguimos buscando, como siempre lo hicimos, la justicia legal, jamás la de la mano propia. Yo sé que este libro es un trabajo colectivo, y que son muchos los que han colaborado, pero uno siempre tiene su corazoncito. Y yo quiero agradecerles a mis queridos hijos: los hijos con puntitos, los H.I.J.O.S. ¡Y vamos por muchos libros más!”.
En su intervención, Graciela Daleo señaló los ejes de la construcción de “Acá se juzga a genocidas”, en un recorrido que fue dado por los autores: los que dibujaron, sacaron las fotos, hicieron las crónicas. “Ese es al mismo tiempo el recorrido de un proceso histórico singular, del cual nuestro país puede estar orgulloso”, analizó. Desatacó además que nuestra Facultad tuvo un compromiso activo con la realización de los juicios, cuando dos años atrás, a partir de una declaración del Consejo Directivo, convocó a todos los alumnos, docentes y no docentes a concurrir a los juicios. “Esta confluencia de instituciones, como las que produjeron el libro, comprometidas con la transformación social, está mostrando, con acciones prácticas y concretas, que seguimos defendiendo la misma consigna: no nos han vencido. Y que seguimos con la expectativa de vivir en una sociedad más justa”.
 

Fotografías: http://novedades.filo.uba.ar/novedades/ac%C3%A1-se-juzga-genocidas