10 Ago Mamá, contame un cuento. Los chicos, los relatos y los libros
¿Quién no recuerda el placer de escuchar un cuento? Todos guardamos en la memoria el relato de una historia o una anécdota familiar en la voz de una abuela, una madre, un padre, un tío o hermano mayor. Estas narraciones inauguran el modo en que muchos niños y niñas toman contacto con la lectura y los libros. La popularidad de esta práctica cultural se constata en los resultados de la Encuesta Nacional de Hábitos y Prácticas de Lectura 2011 y en el éxito de asistencia que tienen exposiciones como la Feria del Libro Infantil y Juvenil y sus múltiples actividades de narración de cuentos y lectura en voz alta.
En efecto, la Encuesta Nacional de Hábitos y Prácticas de Lectura que realizó el Ministerio de Cultura de la Nación en 2011 mostró que la narración de historias a los niños es una actividad que se realiza con bastante frecuencia en 7 de cada 10 hogares en los que viven niños menores de 6 años. Esto ocurre también con la lectura en voz alta: en casi 8 de cada 10 hogares donde habitan chicos de 6 años o menos se desarrolla el hábito de leerles a los niños. En ambos casos (narración oral y lectura en voz alta) la madre es quien más frecuentemente lee y/o narra, ocupando así el rol de mediadora de lectura en las familias, tendiendo el puente entre la lectura y los niños, entre el universo imaginario y las infancias. Y, además, los jóvenes entrevistados reconocen que fueron las madres quienes más influyeron en su relación con la lectura porque eran ellas quienes habitualmente les leían.
Con respecto a qué se narra y qué se lee a los niños, la encuesta muestra que las narraciones orales involucran todo tipo de relatos: historias o cuentos inventados para los niños, cuentos clásicos infantiles, anécdotas familiares, etcétera. Mientras que como material de lectura predomina la literatura infantil en formato libro, sobre todo los libros ilustrados, seguidos por las revistas infantiles.
En este contexto, y dado que a estos materiales de lectura se accede, predominantemente, a través de la compra y/o mediante de alguna de las políticas del libro y la lectura, no sorprende el éxito de convocatoria de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que se desarrolla por estos días en dos sedes (Tecnópolis en Villa Martelli y El Dorrego en Colegiales) y recibe un promedio de 200.000 personas durante las vacaciones de invierno.
Esta exposición dirigida a niños y jóvenes ofrece variadas propuestas, desde venta de libros, hasta juegos, charlas, talleres, exposiciones, espectáculos musicales y narraciones orales. La edición de este año, además, cuenta con dos novedades respecto de las anteriores: es gratis, lo que supone ampliar potencialmente el público asistente (y también las ventas) y se extiende territorialmente, al desarrollarse en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires simultáneamente, lo que para los organizadores significa la posibilidad de abrir nuevos horizontes y «estar más cerca de la gente».