La RAE busca patrocinadores para la versión digital del ‘Diccionario’

La RAE sufre, como tantos autores, la paradoja del éxito virtual. Jamás su principal obra de referencia, el Diccionario de la lengua española, ha tenido tanto eco como ahora que está accesible en Internet para cualquier lector del mundo (sólo en octubre recibió casi 47 millones de consultas). Y nunca antes el éxito había desatado tanta incertidumbre sobre el futuro. ¿Cómo asegurar la supervivencia de un producto de elaboración compleja y costosa por el que nadie paga? Darío Villanueva, secretario de la RAE, anticipó hoy que la Academia busca un patrocinio único —preferentemente— o de varios para la consulta en línea del Diccionario, que ya estaría vigente para la edición 23 que acaba de salir en papel. «La RAE ha estudiado distintas formas de rentabilización. La publicidad no nos convence en este momento, pero puede haber un patrocinio de la web o del DRAE «, indicó.
De igual modo se descarta el cobro por las consultas de los usuarios (nueve millones en octubre, según datos de Google Analytics) para no desnaturalizar la vocación de servicio público con la que nació la institución hace tres siglos. «Nuestro Diccionario es peculiar en muchas cosas, como de dónde viene y quién lo hace. No podemos compararnos con las empresas privadas que hacen diccionarios y trabajan en la línea de suscripciones para acceder a las consultas en la Red», explicó. Villanueva prevé que la nueva edición estará disponible en la Red a principios del próximo año.
El 41% de las sesiones iniciadas en el portal de la RAE en octubre procedían de España, seguidas de México (15%), Argentina (7%) y Colombia (6%). Estados Unidos ocupa el quinto lugar de procedencia de este tráfico, con el 4,5% de las sesiones. La mayoría de las consultas se realizan desde ordenadores (54,5%), seguidas de móviles (39,5%) y tabletas (6%).
Para reflexionar sobre el futuro de los diccionarios en este mundo que tiene cada vez más los dos pies en lo digital, la RAE ha organizado un simposio internacional, que contará con la presencia de representantes de otras obras a de referencia como el Oxford, Le Robert, Zingarelli, o Duden, editores, lingüistas y ejecutivos de empresas como Google, IBM, Microsoft o Telefónica.
El encuentro ha comenzado esta mañana en la sede de la Academia, con una ponencia del académico Ignacio Bosque, que analizó las posibilidades que ofrece un diccionario en línea, donde el hablante podría elegir diferentes aspectos de consulta (sintaxis, historia, coapariciones…) «El diccionario da puertas y cada uno elige aquella que le interesa más», indicó Bosque. «Si el diccionario está bien construido podemos entrar por cualquier lugar y salir por cualquier otro. Hay que pensar en abrir el diccionario a todos y no podemos pensar en un solo hablante tipo», agregó.
Pero fue el filólogo Jean Pruvost, de la Universidad de Cergy-Pontoise, quien desplegó el abanico completo de opciones virtuales, que incluyen elementos sonoros y visuales.
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