06 Nov La novela abandonada
Creamos bajo la premisa de que nuestro punto de vista, nuestro talento, nuestras ideas, son tan únicas como nosotros y nos representan. Merecemos entonces reconocimiento, atribución, ser conocidos como “la fuente”, ser aclamados por su brillo. Hemos sido educados para confiar en la información con rostro y, entonces, desconfiamos de lo que no está firmado, lo que carece de un rostro reconocible, de lo que carece de un interés ulterior “caracterizable”.
Los autores anónimos son los verdaderos anarquistas de la cultura, los que en verdad desafían el significado, los verdaderos rebeldes del conocimiento. Sus obras no pueden significar nada sino aquello que se dice, aquello que se retrata, lo incluído en las fronteras de la pieza de arte. No son susceptibles al sinsentido de la celebridad, ni califican para la tiranía del copyright. No pueden ser analizados en su contexto completo, ni sus biografías ser usadas para vender y validar su trabajo. Su muerte nunca se cruza con la idiotez de los aplausos; su tumba no recibe peregrinos.
Son misteriosos, pero nunca un misterio a resolver.
Una rabiosa bandera negra enfrentándose a un blanco océano de sinsentido que se rinde.
“La Novela Abandonada”: una novela sin atribución escrita en las paredes y encontrada en una casa abandonada de Chongqing, China, aproximadamente en el 2009. Narra los albores de un súper héroe del kung-fu, e incluye ilustraciones. Un fragmento reza: “Tengo 17… Reacciono a la velocidad del rayo, escucho como un murciélago, mi visión es la de un halcón y soy tan fuerte como un general”.
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