21 Nov Ir más lejos…
Creemos que es hora de ir más lejos.
Nos referimos con esto a que más allá de nuestros proyectos puntuales dentro de la órbita de la Facultad, y sin abandonarlos un ápice, creemos que es hora de articular mucho más fuertemente nuestras luchas y preocupaciones por lo que sucede al interior de la Facultad, con aquello por lo que creemos que es importante luchar fuera de las paredes de Puán, en nuestro país.
Aunque siempre lo hemos hecho, ya que nuestra Facultad no es un isla y lo que hicimos hacia adentro siempre estuvo vinculado con el afuera, y muchas de nuestras acciones desde siempre estuvieron directamente con el afuera (sin ir más lejos el compromiso enorme de nuestra Facultad, en comparación con otras Facultades, en las actividades de extensión y transferencia), tal vez sea hora de acentuar ese compromiso ya existente, en la búsqueda de una mayor incidencia en la sociedad y en políticas de Estado.
Si hay algo que define a la agrupación Diferencia, es su carácter plural. Su carácter verdaderamente plural. Esta agrupación no responde orgánicamente a ningún partido político externo a la Facultad, sino que responde exclusivamente a la voluntad de quienes integran este espacio; quienes a su vez, fuera de la Facultad, forman parte de diversas fuerzas, organizaciones y espacios de militancia de un amplio arco político.
Sin embargo, o tal vez justamente gracias a ese funcionamiento plural, todos coincidimos con absoluta claridad en que es hora de sumarnos a proyectos políticos concretos que transformen, no sólo el ámbito universitario, sino también la realidad cotidiana de la gente de nuestro país.
Y tal vez resulte sorprendente, pero al margen de divisiones que son externas a la Facultad, desde la agrupación Diferencia coincidimos todos naturalmente en la necesidad de participar en la configuración de políticas de Estado concretas al servicio del campo popular. Esto es en verdad una Diferencia con otras agrupaciones políticas que nunca pasaron de la consigna y la bandera, de cortar la calle Puán como forma de hacer temblar al capitalismo internacional; o de otros sectores que ahora se dicen progresistas (y hasta kirchneristas) pero apoyaron una década de políticas neoliberales de la Franja Morada hacia el interior de la Universidad (aunque se hayan camuflado debajo de otros nombres). Desde Diferencia nos interesan las transformaciones concretas de la realidad, silenciosas, que requieren más tiempo y esfuerzo, pero verdaderas, no sólo en el discurso.
Es por eso que pensamos que es hora de ir más allá de nuestras discusiones y proyectos que hacen al funcionamiento de la vida interna de nuestra Facultad, y sin abandonarlos, ir más lejos.
Creemos desde Diferencia que es hora desde de repensar la Facultad, y desde la Facultad repensar una Universidad, al servicio del resto de la sociedad.
Es hora de repensar y recuperar una Universidad como puente entre los sectores medios y populares. Como forjadora de conciencia social y como mecanismo de promoción social. Es hora de reconstruir los puentes. Puentes que vuelvan a establecer a la Universidad como mecanismo real de promoción social para los sectores populares.
Es hora de pensar en una Universidad como puerta de acceso libre a la cultura y al conocimiento, no sólo para la comunidad universitaria, sino para la sociedad en general.
Es hora de configurar nuevamente a la Universidad como centro de pensamiento aplicado a los problemas concretos de nuestra sociedad, y creemos que en particular en nuestra Facultad hay un tema acuciante que debiéramos abordar y es el de la enseñanza primaria, media y universitaria. En una Facultad como la nuestra, creada originalmente para proveer de docentes para la enseñanza de las humanidades en el sistema escolar, este tema debiera ser eje central de debate y de propuesta de acción concreta. La formación en humanidades, las herramientas que aseguren el acceso a la cultura en todas sus formas, el sentido de la historia, la cultura comunitaria, regional y universal y su riqueza intrínseca, la conformación de una identidad colectiva plural (inclusiva no excluyente), el pensamiento crítico, la curiosidad intelectual, las herramientas de decodificación de la cultura y de la realidad; son elementos sin lugar a dudas cruciales. No abordar el tema de la educación primaria y media, en una Universidad con un desgranamiento que indica que se gradúan por año un porcentaje muy pequeño de los 280 mil estudiantes que cursan en este momento, e intentar resolver el problema meramente desde una reforma al sistema universitario, es querer tapar el sol con las manos.
Es hora de discutir y proponer reformas educativas profundas y concretas en la enseñanza inicial y media que doten a los estudiantes de las herramientas (no sólo los contenidos, sino del carácter analítico, la disciplina de estudio, etc.) para afrontar las exigencias de la formación universitaria.
La educación primaria y media, en primera instancia, y universitaria en segunda instancia debiera estar en el centro de nuestras preocupaciones, de nuestros debates, pero sobre todo de nuestras propuestas hacia un Estado que por primera vez en mucho tiempo tal vez hasta sea receptivo a aplicarlas. Y si esas propuestas no surgen de nosotros mismos, de la Universidad de Buenos Aires, es difícil que surjan de otro lado.
Como se traducen estos proyectos en términos concretos:
1. En cuanto a los puentes entre los sectores medios y populares, la semana próxima se estaría aprobando en el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires el Reglamento de las Prácticas Sociales Educativas obligatorias al servicio de sectores sociales vulnerables que (con un mínimo de 42 horas) todo estudiante universitario de grado de la UBA deberá realizar para obtener su título universitario.
Aunque podría pensarse meramente como contrapartida de servicio público a la educación gratuita que financian en forma ininterrumpida los impuestos del pueblo argentino, se debiera (se puede) formular como un proyecto cultural. Profundamente cultural.
Puede pensarse desde cuatro objetivos:
– La educación en valores del estudiante al conocer las realidades sociales más duras que padecen gran parte de sus conciudadanos como parte esencial de la un futuro profesional de la UBA, y el conocimiento de esas realidades como motor para la acción de cualquier ser humano que conserva los mínimos rasgos de su humanidad (sin adoctrinar ni indicar una acción concreta, sólo el conocimiento palpable o evidencia de esta realidad).
– El reconocimiento de la humanidad común entre los involucrados, tanto estudiantes de la UBA como de grupos sociales vulnerables.
– La multiplicación de esta visión de la realidad surgida de la experiencia vivida y de la perspectiva sobre esa realidad que genere cada estudiante al círculo de sus conocidos (recordemos que hoy cursan, lo repetimos, 280 mil estudiantes en la UBA) – La implantación masiva de estudiantes universitarios y de la UBA en diversos ámbitos de los sectores populares que a su vez se transformen en algo presente y cercano para los mismos, y eventualmente a la educación universitaria como un camino difícil pero posible para dichos sectores.
Dependerá de cada Facultad, y entre ellas la nuestra, instaurar Prácticas Sociales Educativas para nuestros estudiantes que cumplan su objetivo, y ampliar a nivel masivo lo que en otra escala se viene haciendo en nuestra Facultad desde años.
2. En cuanto al acceso libre a la cultura (y dentro de la cultura el conocimiento) estamos trabajando para generar una biblioteca digital que sirva como repositorio de referencia a nivel nacional y que provea en forma absolutamente gratuita tanto a nuestros estudiantes de grado y posgrado, investigadores y docentes, como a la comunidad en general, de todos los contenidos que estén libres de derechos y estemos en condiciones de difundir digitalmente.
A su vez también estamos trabajando en propuestas de modificación de reglamentos y de la propia la Ley de Propiedad Intelectual que permitan el mayor acceso posible de materiales relacionados con la educación y a la investigación científica.
3. En cuanto a repensar la docencia, es un debate que ya se está dando desde diversos ámbitos y que debiera surgir progresivamente en forma más o menos institucional en todas las disciplinas. Nuestro objetivo es impulsar y proveer las herramientas y espacios para que estos debates se lleven adelante, con el objetivo de generar propuestas concretas de acción hacia el sistema educativo.
Tenemos la posibilidad de impulsar desde la institución Facultad de Filosofía y Letras de la que formamos parte, como claustro de graduados, políticas que verdaderamente impacten sobre nuestra sociedad, que realmente transformen la realidad para un espectro mucho más amplio que el referido a la comunidad académica de Filo.
Llevar adelante masiva y activamente desde nuestra Facultad proyectos no sólo dirigidos hacia su propia comunidad, sino al servicio de problemas de nuestra sociedad en general, muy especialmente si tenemos en cuenta a todos aquellos que hoy mismo no pueden siquiera contemplar la posibilidad de ir a la Universidad, como graduados universitarios, y como generación, es o debiera ser (por lo menos así lo sentimos quienes conformamos Diferencia) una obligación moral.
Es hora de ir más lejos. Es hora de sumarse. Es hora de participar. Este es el momento.
Los esperamos en las mesas de votación, y en las mesas de nuestras agrupaciones, cuando quieran, cuando puedan, hay mucho por hacer. Están invitados.
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