03 May El futuro del libro según Andrew Wylie, el Chacal
El agente literario estadounidense Andrew Wylie, «el Chacal», famoso por representar a más de 800 escritores de todo el mundo, llegó a la Argentina para participar de la 40ma. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y ofrecer su visión sobre la industria editorial y el futuro del libro.
Salido de una película de Scorsese, Wylie, irónico, lúcido y elegante, fundó en 1984 una de las agencias literarias más prestigiosas del mundo, The Wylie Agency, que funciona en Londres y Nueva York, y que representa a 850 escritores, entre los que figuran Susan Sontag, Philip Roth, V.S. Naipaul, Saul Bellow, Martin Amis, y también la obra de Roberto Bolaño y Jorge Luis Borges.
En 2010, además, lanzó Odyssey Editions, un proyecto digital que lo convirtió en el protagonista de una polémica con la inmensa compañía estadounidense de comercio electrónico, Amazon. En diálogo con la agencia Télam, el Chacal contó cómo se originó la pelea por la publicación y distribución de la literatura que le parece importante rescatar y difundir.
Esa pelea que le valió el apodo de Chacal -según el diccionario un animal depredador- muestra su astucia y coraje para enfrentarse con las más poderosas distribuidoras de libros en el mundo y salir indemne para marcar sus propias reglas de juego.
– Télam: ¿Cuál fue el origen de la disputa?
– Wylie: Cuando el e-book empezó a circular, las editoriales decidieron ofrecer el 25 por ciento del PVP (precio de venta al público) a los autores. Inmediatamente pensé que no era suficiente y mantuve por nueve meses conversaciones con los editores en Nueva York y también con John Eastman, que representa a Paul McCartney, quien me habló sobre la destrucción de la industria musical por parte de Apple.
Luego me contacté con Google, Apple y Amazon para ver qué arreglo se podía hacer por 20 libros que decidí representar. En esa lista figuraban John Updike, Vladimir Nabokov y William Burroughs, entre otros. Era una buena lista.
Para entonces la única de las editoriales que no había entrado en el modelo de mi agencia era Random House, esta dejaba que Amazon pusiera el precio que quisiera y ante esta situación yo entré a negociar con la editorial y Amazon: después de tres largos meses llegamos a un acuerdo con la condición de que ninguna de las partes hablara del asunto.
Al otro día, la prensa de la editorial publicó todo lo que habíamos hablado, y así fue como esos trece títulos pasaron de Amazon a Random. Yo estaba en el campo, y sonó mi teléfono: eran los vicepresidentes de Amazon que me insultaron y amenazaron con llevarme a la corte. Entonces, por la otra línea, los dejé hablando con mi abogado.
Así surgió Odyssey, con los siete títulos restantes. Ahora ya tenemos un catálogo: Salman Rushdie, Philip Roth, William Burroughs, entre muchos otros, digamos que es respetable.
– T: ¿Cuál es el problema crucial de las editoriales con los grandes distribuidores como Amazon?
– W: Creo que Amazon decidió destruir la industria de las editoriales, de la misma forma que Apple destruyó la industria de la música; lo que quiere hacer es acabar con la imprenta, hacer todo digital, llevarlo todo a su negocio, a partir de la enorme diferencia de precio que existe entre el papel y el formato digital. Si tenés un gran libro, no lo querés en digital, lo querés en la biblioteca para volver a él, en cambio la mayoría de lo que se lee en e-book son libros románticos que a la gente le daría vergüenza tener en su biblioteca.
– T: ¿Dónde se está produciendo la literatura más interesante a nivel mundial?
– W: Estuve en España hace poco, reuniéndome con editores, y todos me hablaron sobre el crecimiento de la literatura en español; en cuanto a la ventas, Latinoamérica está explotando, creo que tiene un futuro muy fuerte. En la agencia nos interesa la literatura en español y queremos publicar más autores latinoamericanos. El otro lugar donde se puede ver una gran cantidad de escritores jóvenes y talentosos es Nigeria. Está lleno de chicos de 20 años que escriben cosas brillantes; a uno de ellos le pregunté qué había en el agua que toman: `no querés saber lo que hay en el agua de Nigeria`, me contestó.
– T: ¿Cómo fueron tus comienzos?
– W: Fui a Harvard y me gradué en literatura romances, manejé un taxi por un tiempo, y después comencé a hacer entrevistas a todo el mundo, no sabía qué quería hacer de mi vida. Entrevisté a Mick Jagger, Rockefeller, comediantes, políticos, mucha gente. El más interesante de todos fue Andy Warhol. Siempre decía que cuando lo entrevistaban no decía lo que pensaba sino lo que querían oír. Pasé un año y medio entrevistándolo, así nos hicimos amigos. Luego representé a Lou Reed, que también era amigo mío, y él me presentó a David Bowie. Luego conocí a David Byrne y Laurie Anderson. Todos músicos que represento.
– T: ¿Y en el caso de Bob Dylan?
W: Cuando el editor de Dylan se quedó sin trabajo, yo le ofrecí venir a trabajar conmigo porque me interesaba su obra, pero me dijo que no. Me comuniqué con su representante y así llegué hasta él. Mi esposa siempre lo admiró y cuando lo llevé a casa para que lo conociera, le pedí que no me avergonzara. Ella dijo: `claro que no`. Dylan estaba atrás de la puerta y, cuando ella lo vio, comenzó a gritar como loca. Fue un episodio muy divertido.