Cómo la autoedición ha cambiado el mercado editorial

La autoedición no es una cosa nueva. Desde que existe la industria del libro, se han autoeditado libros. Las ediciones por cuenta del autor no eran algo tan raro (de hecho, hasta el siglo XIX y la popularización de la edición a nivel masas era muy habitual) y la historia del libro está llena de títulos que comenzaron así su andadura. De hecho, algunos grandes autores de la historia de la literatura pagaron para que sus libros llegasen al público en su momento. Muchas de estas tiradas eran pequeñas e iban distribuidas entre amigos y familiares. Otras eran un poco más amplias, sostenidas por el editor y conseguían llegar a más personas (el escritor tenía que asumir muchas veces los riesgos de la edición).

Sin embargo, hoy en día la autoedición no solo es más habitual sino que además es mucho más barata y consigue llegar a muchos más lectores. La razón de esta situación está en la aparición de internet, que ha hecho que los costes de muchas cosas, entre ellas la producción de contenidos culturales, haya bajado y que ha permitido nuevas aventuras empresariales. Los gigantes de la distribución de libros se lanzaron progresivamente a crear plataformas para difundir contenido. La llegada del ebook y su popularización hizo que los precios de edición bajasen todavía más, lo que eliminó muchas barreras de entrada para acceder a estos contenidos.

La marea de la autoedición empezó en los países anglosajones (Estados Unidos, especialmente) y fue contagiando al resto de los mercados. Amazon, con su Kindle Direct Publishing, fue uno de los grandes dinamizadores (su base de consumidores es muy amplia y esos ebooks autoeditados pueden llegar a muchos potenciales lectores).

Las últimas cifras del mercado de Estados Unidos demuestran además el potencial de este mercado. La autoedición ha crecido de forma abrumadora. En 2013, en EEUU se autoeditaron 458.564 títulos, según datos de Bowker (la agencia estadounidense del ISBN), lo que supone un crecimiento del 17% frente a las cifras de 2012 y del 437% frente a las de 2008. El modelo de edición continúa creciendo, aunque se está normalizando. “Nuestra conclusión general es que la autoedición está empezando a madurar. Mientras continúa siendo una fuerza a tener en cuenta, está evolucionado desde un espacio estilo Salvaje Oeste a un negocio mucho más serio”, explicaba a finales de 2014, cuando se presentaron estas cifras, Beat Barblan, director en Bowker de servicios de identificación.

A España la autoedición también acabó llegando y lo ha hecho con bastante impacto. Sites como Lulu o Bubok permitían autoeditar en papel ya hace algunos años, aunque posiblemente el gran boom fue cuando la autoedición en ebook llegó al mercado vía Amazon. Amazon se estrenó como site de ecommerce en España, luego introdujo el Kindle y los ebooks y tras ello abrió la puerta a la autoedición.“Esperábamos que tuviera éxito pero no teníamos la certeza de que fuera a funcionar”, nos explica Koro Castellano, la directora de Kindle España cuando nos habla de la llegada de Kindle Direct Publishing a España. “Nos sorprendió lo rápido que fue adoptado”, añade, señalando que lo fue tanto por los autores y como por los lectores. Las editoriales también fueron rápidas en ver lo que salía del programa. En otros países las editoriales tardaron en fichar a los escritores autoeditados entre 1 o 2 años. En España, las editoriales estaban llamando a las puertas de los autores de Kindle a los 4-5 meses de estrenarse el programa.

Vivir de la autoedición

Pero ¿por qué autoeditan los escritores? ¿Por qué lanzarse a subir los libros a una plataforma en la que al final hay que hacerlo todo como un hombre orquesta? “Hay diferentes tipos de autores”, nos explica Castellano cuando le preguntamos quién autoedita, señalando que están quienes quieren que los lean, los que buscan que se encuentre un libro descatalogado… Y por supuesto, añadimos, están quienes buscan en las plataformas de autoedición una nueva fuente de ingresos.

Los ejemplos son muy variados y suelen llenar los medios de comunicación. Hace unos años, por ejemplo, Jasinda Wilder era noticia porque un medio estadounidense había descubierto que la autora, una de esas estrellas autoeditadas de erótica y romántica, era en realidad un matrimonio que escribía sin parar en el sótano de su casa. Había estado a punto de perderlo todo tras perder el trabajo y, decididos a pagar la hipoteca, se habían lanzado a autoeditar. Su historia fue de un éxito más o menos inmediato: en seis meses publicaron 20 títulos y pagaron la hipoteca. Entonces estaban haciendo una media mensual de al menos 1.200 dólares. Ahora, como acaba de publicar The Guardian, acaban de vender por “siete cifras” (lo que pone el punto mínimo en el millón de dólares) los derechos de una trilogía a una de las editoriales de Penguin Random House.

Ellos son un ejemplo pero no el único. Hay muchos más. Están también las autoras de la surrealista erótica protagonizada por dinosaurios, que dejaron de trabajar para escribir a tiempo completo y que han visto como han convertido lo que al principio solo era tema para noticias virales e irónicas en una especie de nuevo subgénero.

Autoeditar y pagarse las facturas con ello parece el nuevo gran sueño.

“La autoedición puede convertirse en una fuente de ingresos para aquellos autores que dedican una parte importante de su tiempo y esfuerzo a la promoción de sus libros”, nos dice Sergio Mejías, director general de Bubok, cuando le preguntamos si es posible vivir de la autoedición. “Tenemos casos como el de Natalia Gómez del Pozuelo, escritora y conferenciante, que en su empeño por vivir de la escritura ha vendido más de 5000 ejemplares de algunos de sus libros”, señala.

Por su parte, Castellano nos recuerda que “es como el mundo del libro tradicional”. Es decir, igual que entre aquellos autores que publican con editoriales hay quienes viven de solo escribir y quienes no lo consiguen, lo mismo sucede en el entorno autoeditado. “Hay autores que viven de la autoedición”, nos recuerda. De hecho, no hay que irse solo al club del millón de ebooks vendidos, como puede ser el caso del estadounidense John Locke, para verlo. En España, están los casos de Fernando Gamboa, que publicó en KDP “porque no tenía nada que perder”, como nos explica Castellano, y que ahora “vive exclusivamente de lo que gana” autoeditando. O también puede está el caso de Manuel Loureiro, que empezó autoeditando y no solo es un autor popular en España sino también uno que vende mucho en inglés. El brazo editorial de Amazon lo captó, lo tradujo, lo publicó en Amazon Publishing y ahora consigue a veces ponerse por encima de Stephen King en las listas de ventas en Amazon Estados Unidos.

Lo que no se puede saber realmente es lo que pueden hacer esos autores autoeditados de media. Desde Amazon nos dicen que es difícil hacer una estimación, dado que los autores publican por razones diversas y con objetivos distintos. “Dar una media es un muy  complicado, porque los autores de Bubok tienen perfiles muy diferentes”, nos dice Mejías por su parte. “Para dar una visión más global, en nuestros años de andadura hemos repartido más de 538.000€ de beneficio entre nuestros autores”.

Trampolín para llegar al mercado tradicional

La autoedición no solo puede ser una fuente de ingresos. Para muchos autores es también una manera de llegar al mercado del libro tradicional llamando la atención de las editoriales. El ejemplo de E.L. James es el que siempre se suele poner sobre el tapete cuando se analiza esta posibilidad. La escritora empezó primero haciendo fanfic de Crepúsculo y luego autoeditando sus contenidos. Su éxito llamó la atención de una editorial tradicional y de ahí saltó al estrellato. ¿Quieren ser todos los escritores autoeditados el próximo E.L. James?

El llamar la atención de los editores de siempre no es el objetivo final único y último, o al menos así lo ven en las plataformas de autoedición. “Cada vez son más los autores que escogen la edición independiente como primera opción por las ventajas y la independencia que esto les brinda”, nos dice Mejías desde Bubok. “Es decir, no utilizan la autoedición como vía para lograr un contrato de edición tradicional, sino que se configuran desde el inicio como escritores independientes dueños de su propio proyecto”, apunta. Los autores que consiguen la popularidad o que tuvieron en este formato un trampolín “son síntoma de un cambio en la forma de hacer las cosas”, nos señalan desde Bubok, recordando que incluso escritores consolidados están lanzándose a probar esta fórmula de editar. “El reciente caso de Paulo Coelho, que editará de forma independiente su próximo libro, deja claro que la autoedición no es solo una forma de «empezar»”, apunta Mejías.

Entre los autores autoeditados en Amazon en España ya se han producido captaciones por parte de las editoriales. ¿Por qué estas plataformas y estos autores se han convertido en lo que observan? Castellano, desde Amazon, nos recuerda que cada vez que una editorial lanza a un autor está haciendo una apuesta económica. Partiendo de que ya han tenido éxito como autores autoeditados, es más fácil imaginar que tendrán también éxito en el mercado editorial.

Todo va más rápido

Otra de las ventajas que se suelen repetir que la autoedición tiene para los autores es que las cosas funcionan mucho más rápido en el entorno de la autoedición y que así, por tanto, los escritores no tienen que ser esclavos de los calendarios. Pueden lanzar sus textos cuando los terminan y cuando los lectores quieren verlos. Algunos analistas han señalado también a lo largo de los últimos años que parte del éxito de la autoedición está en que sus autores han sido capaces de erigirse en coolhunters. Como demostró el boom de la novela erótica (que empezó en la autoedición), estos autores han sabido ver qué quieren los lectores antes de que se convierta en algo mainstream y aprovecharse así del crecimiento.

Como nos recuerdan desde Amazon, la industria de la publicación tradicional tiene más barreras de entrada y conseguir llegar al lector final es mucho más difícil. El autor y el libro tiene que pasar muchos más filtros. Conseguir ser publicado puede es algo largo: el proceso puede llevar entre 1 y 3 años. “La tecnología pone a disposición un proceso más inmediato y sencillo”, nos dice Castellano.  “La autoedición no se ha puesto de moda, sino que cada vez la gente es más consciente de que existe la posibilidad”, añade.

Además, las barreras de entrada son menores. Cualquiera puede publicar y cualquiera puede intentar llegar a los lectores.

Los lectores son además receptivos ante estos libros. Lo cierto es que, según los responsables de las plataformas de autoedición, no existe ningún tipo de prejuicio por parte de los lectores ante los textos que no han pasado por las manos de una editorial. “El hecho de que un libro sea autoeditado  o no es algo que sobre todo aprecian los profesionales del sector editorial, y no tanto el gran público, que busca contenidos determinados y de calidad y no se preocupa de si se los facilita una editorial tradicional, una independiente o un autor que publica con su propio sello”, nos dice Sergio Mejías. Castellano da su opinión personal sobre la materia: “yo creo que no lo saben”, nos responde cuando le preguntamos si cree que los lectores son plenamente conscientes de que lo que están comprando es o no es un libro autoeditado.

En Amazon España, en el tiempo que llevan operando vendiendo ebooks, han visto como el 48% de los libros electrónicos vendidos son autoeditados. El lector está por tanto comprándolos.

Lo que más se vende en autoedición es además bastante paralelo a lo que más se vende en edición tradicional. Según los datos de Amazon, los que más se autoeditan son novelas románticas, thriller  y novelas de misterio. “Lo que más se vende, en general, es ficción”, nos dice Castellano, “y lo más popular tanto desde el punto de vista de los autores como de los lectores es romántica y misterio”. Desde Bubok apuntan otro terreno que funciona bien en autoedición. “Los libros de temática de nicho, o para especialistas, editados por profesionales reconocidos en su sector, suelen funcionar precisamente porque tienen un público muy claro y quienes los publican cuentan con una comunidad de seguidores”, señalan.

El emprendedor – autor

Pero aunque la posición del lector ante el libro no sea diferente a la que consigue un libro editado de forma tradicional, lo cierto es que la posición del autor sí es diferente. “El mercado se está estabilizando a medida que la tendencia delautoeditado como hombre de negocios, más que como solo escritor, continúa”, señalaba Beat Barblan, de Bowker, en la presentación de resultados sobre la evolución de la autoedición en Estados Unidos.

El escritor se ha convertido en una especie de hombre orquesta que debe hacerlo todo, desde el diseño de la portada del libro (uno de los puntos, no nos engañemos, más peliagudos de lo que están haciendo los autores autoeditados) hasta la edición para eliminar las faltas de ortografía.

Hace unos meses, un artículo de The Economist acuñaba un término:authorpreneurship. Los escritores tienen que hacer ahora muchas más cosas que escribir. Tienen que vender su libro, convertirse en hombres de negocios. Los escritores autoeditados tienen que hacerlo mucho más que los que tienen detrás a toda la maquinaria de promoción de una editorial.

Las fuentes lo tienen claro: los escritores autoeditados tienen que hacer un trabajo de posicionamiento para llegar al gran público, aunque eso no necesita más que tiempo y ojo avisor. Autoeditar es un trabajo y requiere una estrategia. Al fin y al cabo, los escritores que han logrado el éxito en la autoedición “no se acercan a la autoedición de una forma amateur”, como nos explica Castellano. “La promoción es fundamental y los autores no deben descuidarla. Pensar que un libro se venderá porque es bueno es un error, dedicar esfuerzo y recursos a esta tarea es imprescindible”, apunta por su parte Mejías.

Además de evitar los fallos recurrentes de los autores autoeditados, estos escritores deben emplear todas las herramientas que la red les da para llegar a los lectores. Las redes sociales son un gran altavoz para dar a conocer un libro. “Los escritores que más éxito tienen son autores a los que se la da muy bien manejar redes sociales y marketing online”, nos dice Koro Castellano. Se les da bien “el marketing de guerrilla”.

Por Raquel Pico

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